Que soy la que roba la luna de noche por ver como brilla

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domingo, 26 de febrero de 2012


Tus cartas son un vino 
que me trastorna y son 
el único alimento para mi corazón.

Desde que estoy ausente 
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo, 
amargo igual que el mar.

Tus cartas apaciento 
metido en un rincón 
y por redil y hierba 
les doy mi corazón.

Aunque bajo la tierra 
mi amante cuerpo esté, 
escríbeme, paloma, 
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre 
con zumo de clavel, 
y encima de mis huesos 
de amor cuando papel.

(Miguel Hernández)

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